NO APRENDAMOS A SER POBRES
Quiero aprovechar este solemne momento para compartir con
ustedes dos historias que les puede interesar.
Cuando hacía mi primaria en esta institución, nunca me imaginé
que algún día pudiese estar acá proclamándolos como bachilleres 2016. Yo, un
alumno de este colegio, fungiendo como rector del mismo. Gracias le doy a la
vida por haberme dado tanto.
Cuando hacía los primeros años escolares, nunca tuve entre mis
planes ser profesor, menos rector, y ni remotamente serlo de ustedes, porque
los puntos de la vida no se pueden unir hacia el futuro, sino hacia atrás, como
lo explica Steve Jobs, fundador de Appel. Si ustedes lo hicieran, comprenderían
que el estar sentados acá, recibiéndose como ganadores de la carrera por el
bachillerato, no es porque se lo ganaron en una rifa, sino la consecuencia de
la unión de los puntos vitales que los fueron trayendo hacia este momento. Una
vez graduados, tampoco podrán saber, como yo no lo supe en aquellos años, que
será de su futuro si no empiezan a unir los puntos que cada segundo de su vida
les pone por delante en cada presente que vivan. De su futuro sólo sabrán
cuando ya lo hayan dejado en pasado.
Pero unir esos puntos no es fácil. Es más frecuente el
fracaso que el éxito. Steve Jobs fue dado en adopción, a una familia cuyo padre no había hecho ni siquiera el bachillerato;
estando en la universidad, la tuvo que abandonar, pero no se rindió; siendo
un muchacho como muchos de ustedes, creó
la empresa más exitosa y millonaria en las TICs, la muy conocida Appel, pero
aún siendo su creador, de ahí lo despidieron, pero no se rindió; creó entonces otras
empresas, que luego fueron compradas por Appel y así fue nuevamente contratado
por ella. Hoy Appel no tiene rivales. Pero cuando creyó que ya había triunfado,
le diagnosticaron cáncer en el páncreas, pero tampoco se rindió.
La conclusión de Steve Jobs, es que la vida lo vive golpeando
a uno para probar su capacidad de reponerse. Quién sepa hacerlo, sobrevive.
La otra historia tiene
que ver con la pobreza. Cuando llegué al colegio hace unos días, lo primero que
pregunté fue sobre el nivel socio-económico de sus familias. Casi por unanimidad
me contaron que eran muy pobres, que vivían en sectores marginales y que muchas
veces no tenían para satisfacer sus necesidades básicas.
Pero viéndolos sentados en este auditorio comprendo que por muy pobres
del bolsillo que sean, sus familias tuvieron la riqueza de voluntad para lograr
que ustedes culminaran el nivel de educación media. Aprovecho, apreciados
padres de familia para felicitarlos por eso.
Lo que sucede señores de la promoción 2016 es que la pobreza
también se aprende. En esta Colombia, con formas de gobierno que fomentan la
discriminación y el empobrecimiento general para que unos pocos aumenten su
riqueza, hay dos tipos de pobreza: la económica y la mental.
Steve Jobs fue
pobre de recursos materiales, pero millonario de ganas de salir de la inopia.
Los padres de ustedes fueron inteligentes, no pudiéndoles dar
riqueza material les proporcionaron una herramienta que les ayude a salir del
atraso, como es la educación. De ustedes depende quedarse donde están o seguir
luchando por hacer de sus vidas algo mejor, más digna.
Explica la escritora Joselyn Quintero, en su página web
inspirulina.com, la teoría de la Indefensión Aprendida, al encontrase que cuando los perros se sienten acorralados
en una situación desagradable, aprenden a quedarse paralizados, en lugar de
huir o luchar. Aprender a sentirse
vulnerable y no moverse en pro de una mejor situación, no es un tema solamente
de caninos aterrados: los humanos también aprendemos de indefensión aprendida.
Una mujer en una relación de violencia constante, una persona que aguanta un
trabajo de explotación y la pobreza en general, son ejemplos humanos de la
teoría de la indefensión aprendida.
Dice la doctora Jocelyn que escuchar a la gente decir “nacimos
pobres, somos pobres, que más le vamos a hacer”, o, como también se recalca,
digo yo, que “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que el
que un rico entre en el reino de Dios”, es la forma más contundente de entender
que existe un aprendizaje y reforzamiento constante de la pobreza.
La pobreza
es el tema favorito de gobiernos, religiosos, medios de comunicación e
instituciones humanitarias: de hecho, de ello viven y les es un negocio muy
rentable porque, pase lo que pase, los pobres siempre se van a quedar ahí,
paralizados en su pobreza y llenos de esperanza con los brazos extendidos y las
manos abiertas.
Sobre esto muy poco se habla.
Si piensan que son vulnerable al entorno, que no pueden
cambiar su situación de pobreza, que alaban un sistema donde tienen que
ayudarte constantemente, que el dinero no es un tema del que se tenga que
aprender porque saben sumar y restar, que consideran que la riqueza es opuesta
a la humildad o la honestidad, y que la
única salida es que el gobierno se encargue de “rescatarlos”, entonces deben tener claro que, más que ser
pobres, aprendieron a ser pobres… y no habrá dinero en el mundo capaz de salvarlos de sus propias miserias”, concluye Joselyn Quintero.
Yo fui pobre, tanto como ustedes. Hoy no tengo riquezas pero
puedo vivir dignamente. Mi madre escasamente hizo primaria y mi padre fue un
iletrado. Pero ellos, al igual que los padres de ustedes, quisieron darme la
riqueza de la educación y yo la recibí con agrado, no la despilfarré. Por eso
hoy puedo dirigirles estas palabras como rector en el momento de su graduación.
Estudien, trabajen, esfuércense, luchen por dejarles a sus
hijos una Aguachica mejor, una Colombia mejor y un mundo mejor.
Bachilleres, en tres días se abren las puertas de diciembre y
y en 30 días el portón del nuevo año; ustedes serán la primera de las
promociones que les tocará construir el post-conflicto luego de tantos años de
sombras vividas en lucha contra las FARC. El reto es grande, las
responsabilidades son muchas y su compromiso no debe tener descanso.
Bachilleres: que la luz de la navidad se asiente sobre sus
hogares e ilumine para siempre el camino que tendrán que caminar en el nuevo
año de lucha por una vida mejor, una Aguachica en progreso y convivencia
pacífica.
Muchas gracias.